Ayanay.

Tanto gritaste mi nombre, 
tanto agitaste tus dedos
tanto tiempo dejaste,
que entre sabanas sudadas
este cuerpo dejó de respirar.
Perdí la libertad de pensarte
perdí la libertad de amarte
perdí la libertad de buscarte
hoy entre los barrotes del deseo
sólo quiero recuperar una vez más
la libertad de encontrarte.

Como explicarte que las llaves de mi libertad 
consisten en amar sin cansarme, 
sin tener que cumplir condiciones a la hora de buscarte.

Hoy más tranquilo y con mis propias llaves,
abro esta puerta que me atrapa
cuando desee buscarte.

Pero jamás buscare tener tus llaves
porque tu eres dueña de tu propia cárcel.
Sólo déjame entrar si tu corazón desea compartir nuestra propia Cárcel...


GUSTAB

 A Ayanay... creí que me sentirias apenas tocara tu piel... 

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Ayanay






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