Vencida...

Escándalo de miel y crepúsculos.
A fuerza de apurar el cáliz, dulce amor, 
vengo a consumir tu boca,
madrugada de conchas,
hija virgen de las cepas.

Me elevé hacia ella dulcemente,
como el aliento; 
Besé el blanco brillante de su cuello, 
apuré el rojo oscuro de su boca. 
Y pasé con ella mi noche deliciosa.

Olor del néctar difunde tu aliento 
perfume de arrayán, coqueta inofensiva,
diurna y musical, maliciosa.
Quién sabe cuándo aflores
viperina y vengativa.

-Ven aquí, bebe y besa .- Dijo dulcemente...
A quien hizo temblar las cuerdas, 
apresura a besar la boca. 
Bebe de su jardín de azahares
transparente y  diáfano. 

Cuando el agua envuelve al fuego,
dio a beber vino,
collares de estrellas,
brillo sobre brillo...
Breval maduro en vilo.

Palpé el botón de dicha;
dorado, sutil, claro y brillante; 
Como perla rompí su velo
de surco prolífico y armonioso 
que a la muerte concibe trémula.

Ella garabatea desafiante,
salíva de su copa. 
tiembla llena de embriaguez
gimiendo con ojos de ronda
con gemidos de tormenta; Vencida.

Vencida a contraluz,
más brillante y cautivadora,
era leve ramo que curvaba el viento; 
dábale de cabezal mis hombros,
 y al alba amanecida, agradece entre mis brazos.

Gustab

Comentarios

  1. Estupendo poema, verso, relato. Porque hay de todo en él.
    Tus letras últimamente están muy, pero que muy elevadas de temperatura.

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  2. ¿Vencida?...quizás la luz de día proyecte imágenes coquetas y musicalmente inofensivas, pero siempre llega la medianoche, con su delicadeza gótica que te coloca en la terraza del universo y se desatan los secretos de una vida maliciosa, viperina y vengativa…(al menos ya tengo pistas para el reto del jueves…uff demasiadas palabras en ese collage)...bssss...un sofocante escrito que quita el frío...

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  3. El poema solo cuanto ansiedad despierta por la mujer y su frutecido cuerpo. Un abrazo. Carlos

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