domingo, 3 de julio de 2022

Belfos danzantes.

Empujé la puerta de ciprés entre sus piernas,
bebiendo de la caverna inmersa en la esplendida floresta
y entré buscando su tibieza en ríos de transparencias
su húmeda belleza.

Placer latiendo en el  ínfimo botón de flor; 
si acaso asomara vibrante..., 
le diré que el viento es quien ha entrado
buscando alimentarse de su tibieza.

Algo falta; vuelo rasante por su jardín,
me sumerjo untando de miel mil besos.
La trémula piel arde de ansiedad,
mojándose entre sus belfos.

Veo su placer a través de la abertura,
su cortina de bambú, donde corren las largas lluvias.
Un universo, que en la penumbra se esconde...
enmudecido, a la voz del ave y su trinar danzante.

Jardín de luna, tan precioso es el roce de tus labios...
quien, en ajena copa, deja beber su néctar de oro.
Aqui, agua de luna, viendo caer las largas lluvias
en pequeñas gotas de vibrante color.

Son segundos de pequeña muerte
que así me llevan.
La espada que no fue espada,
en otra mano empuña pulsante.

Se funden los jugos, se cierran las pupilas;
se duermen en pasiones y el acero se vuelve agua
Boquita de voz incandescente,
de suave caricia, funde mis aceros.

Gozo y pasión, virgen de alas mojadas;
El color de la flor se va desvaneciendo,
envuelta en tristes pensamientos, 
rozando la humedad en su piel ya extasiada. 

Gustab

“De todas las aberraciones sexuales, la más singular tal vez sea la castidad”. 
 Remy de Gourmont

2 comentarios:

  1. Uhmmm excitante post, se hidrata el alma, late el suspiro, arde la piel...

    Que gusto venir a leerte.

    Un beso.

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  2. Esa pequeña muerte por segundos,magnifico vuelo en un estremecedor abismo,exquisito texto,que siento y me eleva.Un beso!

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