lunes, 13 de junio de 2022

Caracol.

Pezón que gotea, rellena cada poro;
Abajo...
la comisura abierta me espera, con  ansiedad de Lengua,
insistencia que escurre entre latidos, sudor, erupcionando en inexpertos dedos.

Destrozaré las caderas, quebrándole la espalda a besos,
rompiéndole con los dedos que ocupan todos sus espacios,
llenando de almíbar su boca.

Sus manos en mi tronco, amasijo de carne, como madreselva enroscada,
muere en mi vientre con la esencia de sus deseos, en el hueco de su sonrisa,
despertando con el cuerpo crujiente, sabiendo que me conservo dentro.

Húmedo recuerdo, sé abono en el cuerpo mio, caracol reptante entre sus pechos,
doy saliva a la titubeante espera, hecha de sol de primavera.
Te tragas lo que quieres, para que nunca sepas que la tienes,
como gota descalza, posada entre sus piernas evaporada entre cenizas.

Gustab

"Como las ciudades en guerra, todas la mujeres tienen un blanco indefenso. Cuando se les descubre, la plaza se rinde inmediatamente."
Marquéz de Sade.

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