Agua eterna. (verso cinco).
Ella me murmura: provócame placer
jugando desnuda, ardiente y deseada.Encendida dichosa vive, siente
ruta de seda memorizada en sal.
mi lengua bebiendo su vertiente.
Hilos húmedos de seda cuelgan
Hilos húmedos de seda cuelgan
de la gruta que mi lengua suda.
Lengua impetuosa,
que se desliza satisfecha
por su cuerpo desvelado;
por su cuerpo desvelado;
El agua centella sobre su piel tostada;
A mi, el río me baña de nectar y placer.
Un caracol de dedos
se arrastra babeando un beso...
Tan lento, que se vuelve labio,
y el labio, despacio beso.
Sabe a mangos
a mangos del jardín,
al rocío de los amaneceres,
mientras mis manos,
al rocío de los amaneceres,
mientras mis manos,
palpan la oscuridad.
se arrastra babeando un beso...
Tan lento, que se vuelve labio,
y el labio, despacio beso.
Oblicuo recorrido,
sólo pido que me cuentes el camino
y que vuelva o muera en el intento.
y que vuelva o muera en el intento.
Soy en su vientre sinuoso reptil,
colgante de tulipanes abrazados,
comisura en la rendija de nácar
que nada deja escapar,
vaivén de luz.
Con ópalos blancos detrás del chocante vello,
moja mi boca que sale de la carne abierta,ruta de seda memorizada en sal.
Anhelo el pálpito en su saliente,
el infierno pierna adentro
el ritual de salivas compartidas, su agua eterna.
Bienaventurado el lecho
que huele a pieles desnudas,
que huele a pieles desnudas,
el ámbar de los ríos,
las montañas ondulantes,
el húmedo rojo del atardecer,
la piel iluminada.
las montañas ondulantes,
el húmedo rojo del atardecer,
la piel iluminada.
Gustab.
El amor que despide olor a feromonas de dicha. cuando restalla la piel y el cuerpo todo. Un abrazo. Carlos
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