Canicas de fuego.
-Duerme, mi niño grande; duerme, mi niño fuerte:
que el juego del amor rinde como la muerte… me decía.
Ayer jugaba a las canicas frente a su portal
Y las piernas de abajo le miraba.
Era su bombacha la que me animaba,
mientras rompía las rodillas
tratando con mi ojos alcanzarla.
Alas le da a mis sueños, éter a mis fantasías
que en mi rostro prominentes ojeras a dejado.
Llama le da a mi sueño, la cuna de pelos
que asomados en sus bordes,
animan mojando los sentidos .
A solas en rincones, azoto el candil entre mis dedos,
dejando mis brazos, largos y tendidos.
Saltan a mis manos mil estrellas,
afuera es su luna las que las desea.
La fragua suya brillando por quemar,
allá afuera, la esencia de mi veneno agitado en su jardín.
Allá afuera es su negro camino de miasmas
y mi sombra acechando su sombra entre fantasmas.
y dice - ¡Duerme callado y ágil, vigílame la puerta!
Mis pérfidos astros avivando, encendiendo su azabache.
Humedales de carne negra y el rosado de su caldera.
Me invita a entrar, a su cama de mullida sabana;
su boca en mi candil, su caldera en la mía humeante,
trasmutando los cuerpos al corto cielo erótico.
Me atiza entre sus labios, me aferro a su concha de nácar,
hasta sentir como se revuelven nuestras tórridas aguas.
Soy un niño en sus brazos; ella, ella una mujer en los mios,
que el juego del amor rinde como la muerte… me decía.
Ayer jugaba a las canicas frente a su portal
Y las piernas de abajo le miraba.
Era su bombacha la que me animaba,
mientras rompía las rodillas
tratando con mi ojos alcanzarla.
Alas le da a mis sueños, éter a mis fantasías
que en mi rostro prominentes ojeras a dejado.
Llama le da a mi sueño, la cuna de pelos
que asomados en sus bordes,
animan mojando los sentidos .
A solas en rincones, azoto el candil entre mis dedos,
dejando mis brazos, largos y tendidos.
Saltan a mis manos mil estrellas,
afuera es su luna las que las desea.
La fragua suya brillando por quemar,
allá afuera, la esencia de mi veneno agitado en su jardín.
Allá afuera es su negro camino de miasmas
y mi sombra acechando su sombra entre fantasmas.
y dice - ¡Duerme callado y ágil, vigílame la puerta!
Mis pérfidos astros avivando, encendiendo su azabache.
Humedales de carne negra y el rosado de su caldera.
Me invita a entrar, a su cama de mullida sabana;
su boca en mi candil, su caldera en la mía humeante,
trasmutando los cuerpos al corto cielo erótico.
Me atiza entre sus labios, me aferro a su concha de nácar,
hasta sentir como se revuelven nuestras tórridas aguas.
Soy un niño en sus brazos; ella, ella una mujer en los mios,
-Me quedaré a tu lado quieta, casta e inerte,
mientras tu alma sueña, mientras tu cuerpo duerme.
Duerme mi niño fuerte, mi niño grande,
que el sueño, con la muerte expande…- dice una y otra vez.
¡Por qué no amare a otra? en sus brazos me desquiciará!
¡Ay... si no despertara ella!¡ hay... si no despertara yo!
Hoy vuelvo a mis canicas, que ahora de fuego son.
hoy vuelvo a niño ser; Ella, caldera desnuda,
mientras juega a ser mi sol.
Hoy juega como si fuera una niña,
sonríe mostrando su azabache plumón,
gotea néctar en mis bocas,
gotea llamas en fragor.
Gustab
mientras tu alma sueña, mientras tu cuerpo duerme.
Duerme mi niño fuerte, mi niño grande,
que el sueño, con la muerte expande…- dice una y otra vez.
¡Por qué no amare a otra? en sus brazos me desquiciará!
¡Ay... si no despertara ella!¡ hay... si no despertara yo!
Hoy vuelvo a mis canicas, que ahora de fuego son.
hoy vuelvo a niño ser; Ella, caldera desnuda,
mientras juega a ser mi sol.
Hoy juega como si fuera una niña,
sonríe mostrando su azabache plumón,
gotea néctar en mis bocas,
gotea llamas en fragor.
Gustab
Muy bien esa descripción de la fotografía, ese niño aprendiendo los juegos del amor .
ResponderEliminarTus metáforas han sido geniales.
Poético y pleno de hermosas metáforas…
ResponderEliminarUna vez más, nos llevas de la mano de tus exquisitas letras a esas vivencias de la piel que florecen tempranas y sugerentes…
Recuerdos que vibran y penden en el tiempo conservando todos y cada uno de los sentidos de aquellos dulces palpitares…
Siempre un placer leerte, querido amigo.
Abrazo grande, y feliz día 💙
Extraordinaria entrada un aplauso
ResponderEliminar"Juega a ser mi sol". Qué imagen más bonita.
ResponderEliminarEscogí la misma fotografía y qué curioso, también un poema, pero claro, muy sencillo, a mi estilo. El tuyo, sí, tiene fuego, mucho fuego, el de un primer amor a una edad en la que madre y mujer no pueden ser más que una. Yo no sé cómo me dejas ...
ResponderEliminarUn abrazo.
Esa época de la vida en que dejamos de ser niños para experimentar los placeres vedados (o al menos, soñar con ellos) ha quedado bien plasmada en tu relato. Un abrazo
ResponderEliminarUna edad difícil y complicada y más en aquellos tiempos, tan lejanos y cercanos a la vez.
ResponderEliminarPoesía llena de metáforas a cual más incendiaria de pasiones primerizas.
Un abrazo.
Has creado una obra de arte llena de metáforas sobre el deseo incipiente y esa parte de niño que nunca se debería perder, muy bueno. Besos.
ResponderEliminarMuy lograda en tu poema la expresión del despertar de la sexualidad en la pubertad entre inocencia, sensualidad y deseo. Has elegido metáforas muy poderosas. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo
y es que una visión deseada es capaz de crear todo un mundo de promesas. Cuando eres un piel relleno de hormonas a punto de explotar un pinchazo revienta, explota y esparce su semilla al cielo
ResponderEliminarTe felicito por tan extraordinaria pluma. Unos versos preciosos.
ResponderEliminarQue maravilloso escrito. ¿ Hacia dónde se dirigen las miradas infantiles? Precioso. Un placer leerte. Abrazos.
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