Versos locos de Gustab

Yo, niño perdido que sueña con diosas , con cálidas arenas, con olas revueltas golpeando mi cabeza. Niño que se rinde entre columnas de brillo blanco, salando mi boca con ardiente miel espesa. A veces, caigo en tu sueño de niña, resbalando y sumiendo entre tus piernas, gotas agitadas, como almíbares, que a mi boca escapan. Corro como niño perdido, ávido, hambriento entre tus vellos húmedos y desordenados, abriendo tus muslos agitados, trémulos, oscilantes y mojados. Bebo, me rindo frente al brillo temblante de la pequeña cabeza... escondida entre los labios de tu grieta oscura, convulsa y palpiltante, cada vez que comprueban tu soñado y ardiente espasmo de tu orgasmica meseta. A otro lado de tu noche un niño tiembla, tiembla sus manos, tiembla agitado... por soñada tormenta. Gustab... .

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Los labios entre tus piernas;  La vida brota como mar violento. Ahí, donde el dedo del amor golpea, yo bebiendo en tu panal con mis labios de frescura La copa de amor suntuosa, cáliz de miel perfecto, embriagante y sombrío, abierta como clamor de boca.. Como abeja me dieron la sed  de todas esas bocas.. mil abejas embriagadas, mil bocas de sed maldita flor del oro brotada en mi boca. Radiante punto de luz que emerge, ambrosia de bella fuente, broche de místicos diamantes. El embriagador lis de la Muerte. luna alzada dulce, dulcemente,  velo blanco, blanco y transparente que exprimí libando,  traidora y dulcemente, fisura  mortalmente complacida. Tu dedo puso en mis manos, tu cabecilla viva y brillante; Yo la apresaba con hambrienta sed gastada entre mis manos.  Fulguraba como extraña joya de delicada cabeza, grande y roja, fuera de tus bordes,  sabor de Dios, orgasmo infinito. Gustab

Me agobia   Artesanos de la palabra. Me agobia el silencio de sus palabras mudas, me agobia la cinta roja en su cintura, me agobia ese tatuaje escondido que se donde esta. me agobia el deseo que tengo. Me agobia ese dibujo en su piel, imaginar que esta rodeado de humedad, su palpitar al roce de unos besos. Me agobia el deseo de devorarlo todo con mi boca hambrienta. Entre sus piernas, mi boca en su boca, labios liberando néctar, el deseo que la consume, que oculta. Me agobian sus caderas vestidas de gasa, su transparencia infinita, casi inalcanzable. Me agobia no hacerla mía, ni probar el sabor de su piel. Me agobian las cintas rojas para protegerse, sin saber que se protege de mi. Me agobian sus cabellos y vellos rojos,  que queman sin liberarme de esa llama lejana, me agobia su boca seca, su entrepierna húmeda que no logro probar. Me agobian sus senos dibujados, sus ojos verdes que no me dejan de mirar, me agobia su distancia, me agobia el abismo que hay entre los dos. ...