Agua de luna.

Hacía mucho que quería probar el agua de Luna...
Y apareció ella, y sin más, se sentó en la silla de batro, abrió sus piernas y subió su falda hasta las caderas, hizo a un lado su ropa interior sin siquiera sacarla...
Gimió con sus labios pintados de rubí.
- Anda, bebe el agua de luna que hoy te ofrezco para que pruebes mi sabor... - 
Y el jugo nació entre sus labios vaginales, invitándome a recogerlo a pequeños sorbos.
Con tan sólo probar, se deshizo entre mis labios dejando escapar ronroneos de placer, babeaba el deseo entre sus piernas.

Gustab

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